miércoles, 6 de diciembre de 2017

liderazgo

Siete Piedras de Construcción para Líderes y maestros Cristianos

No puedo pensar de un mejor modelo de liderazgo que Nehemías. Una vez tomé asiento y miré por sobre el hombro de Nehemías por un par de horas, revisando las cosas que este antiguo líder judío anotó mientras reconstruía el muro que rodeaba a Jerusalén. Al leer, se me ocurrió que su diario es una compilación de nociones de liderazgo. Los primeros seis capítulos de Nehemías deben ser lectura exigida cada año para todos los líderes, así como también para los que desean serlo.
En su libro hallé siete destrezas esenciales que los líderes cristianos de hoy pueden usar como piedras sobre las cuales construir su propia estrategia de liderazgo.
La primera piedra de cimiento es una pasión por el proyecto.
La pasión incluye visión, entusiasmo, empuje, determinación, sueños creativos e ideas innovadoras. Los líderes con pasión pueden captar el cuadro en grande sin enredarse o preocuparse por todos los detalles. Nehemías casi ni podía dormir al imaginarse logrando el objetivo de Dios. Su pasión se salía del gráfico.

La segunda piedra de construcción es la capacidad de motivar a otros.
Llevarse bien con otros es una parte esencial de liderazgo. Esto incluye habilidades tales como verbalizar ideas, sueños y preocupaciones; articular metas en forma sucinta y sencilla; y demostrar fortaleza organizacional y energía sin límites. Los líderes que motivan, inspiran a otros hacer lo mejor. Con rapidez afirman y otorgan crédito a quien se lo merece. Nehemías fue fuerte en todos estos puntos.

La tercera piedra es una confianza indeclinable en Dios.
El diario de Nehemías está lleno de oraciones: silenciosas, breves, específicas. Él nunca dejó de recordarle al pueblo la presencia y protección del Señor. Los líderes que son genuinamente creyentes consistentemente dirigen la atención de otros a la Fuente de fortaleza; a Aquel que puede lograr lo imposible, el Proveedor asombroso. Su confianza en Dios no vacila. Su fe es contagiosa. Mientras que ocasionalmente pueden dudar de su propia capacidad, no dudan de la consagración invencible de Dios a su obra.
Perseverancia y paciencia ante la oposición marca la cuarta piedra.
Nehemías lo soportó todo: sarcasmo, suspicacia, chismes, mofas, amenazas, notas anónimas, cartas abiertas, falsas acusaciones; y mucho más. Nada de eso lo amilanó. Ningún líder puede sobrevivir si no puede ser paciente y perseverante ante la crítica. Es importante ser firme en propósito sin volverse cascarrabias, vengativo o cruel. El enojo expresado por la razón correcta en el momento correcto es apropiado y saludable, pero guardar rencores no lo es.
La quinta piedra que poner en su lugar es una noción práctica, equilibrada de la realidad.
En tanto que el líder puede tener sueños e ideas, no vive en un mundo ilusorio con su mente fija en el ideal. Los datos reales, la evidencia firme, están en su enfoque claro. Cuando Nehemías empezó su discurso de apertura, era obvio que él no era para nada un porrista con la cabeza llena de humo o un payaso era un siervo y tiene la claridad de un siervo de Dios: “Ustedes ven el mal en que estamos” (Nehemías 2:17). Les dijo a los obreros que perseveraran en su trabajo, pero con sabiduría colocó a otros para proteger del ataque al muro. Astuto, discernidor, firme; actuó sin reaccionar en forma exagerada. Expresó gracia y sin embargo se mantuvo firme sin doblegarse. Los buenos líderes mantienen ese equilibrio necesario entre ser positivo y darse cuenta de lo negativo.
La sexta es una disposición a trabajar duro y mantenerse sin egoísmo.
Todos los líderes creyentes tienen por lo menos algo en común: diligencia. También saben el valor de cerrar por el día (diligencia y adicción al trabajo no son sinónimos). Debido a su arduo trabajo, Nehemías fue nombrado “gobernador de la tierra de Judá” (Nehemías 5:14) incluso antes de que el muro quede terminado. Aceptó su nombramiento con humildad, rehusando tratamiento especial y estando dispuesto a sacrificarse por el bien del pueblo. Nehemías dictó un cursillo sobre liderazgo servidor.

Finalmente, los líderes deben tener la disciplina para terminar el trabajo.
 Los buenos líderes terminan las cosas. Saben cómo concentrarse en lo esencial sin permitir que detalles perfeccionistas interrumpan la marcha. Estoy seguro de que algunas de las piedras de Nehemías estuvieron un ápice torcidas y unas pocas de las junturas tal vez estaban algo sueltas. Tal vez una puerta o dos no estaban perfectamente a nivel, y sin duda alguna un par de bisagras chirriaban . . . pero él terminó la tarea. Misión cumplida. Fin. ¡Hecho!

Y cuando la tarea queda concluida, los buenos líderes celebran . . . ¡se divierten! En el caso de Nehemías, hicieron fiesta caminando sobre el muro, marchando, cantando y gritando; incluso invitaron a un par de coros cuyos “cánticos y alabanzas y acción de gracias a Dios” (Nehemías 12:46) se podían oír desde lejos. ¡Qué fiesta más grandiosa!

La demanda por líderes cristianos con carácter continúa. Ezequiel anotó el ruego de Dios por líderes que “se pongan en la brecha delante de mí por la tierra,” pero, trágicamente, “no lo halló” (Ezequiel 22:30). La búsqueda divina continúa hoy. Decidamos ser los hombres y mujeres que Dios está buscando para que se pongan en la brecha. Seamos los Nehemías de esta generación: líderes que logran que las cosas se hagan para la gloria de Dios, permaneciendo fuerte sobre las piedras de construcción del liderazgo.


la vida de un lider

La vida de un líder
Mc3, 13-14 dice “Entonces el Señor subió al monte y llamo a los que él quiso, y estableció a 12 para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar”
Un líder es una persona que primero está a los pies del maestro, que se deja formar que se deja moldear, una persona en obediencia.
Un líder es ante todo una persona que día a día se deja moldear por su mayor.
Juan 3,16 dice  que tanto amo Dios al mundo que entregó a su hijo unigénito para que todo el que crea en él no se pierda, más tenga vida eterna.
Nosotros enseñamos en la visión de la iglesia, en la LEY DEL AMOR que “Dios nos ama de tal manera”
Un líder debe donarse a sí mismo ponerse siempre en el lugar del otro, amar de tal manera como amo Jesús
Se nos enseña que NO se trata de MI sino de ti,  se trata de mirar primero al otro, a mi hermano, a mi discípulos esto es amar de tal manera,  primero  negarme a mí mismo, guardarme  en santidad por temor a Dios,  y por amor a mis discípulos
Algunas de sus cualidades 

1). Un líder debe ser un hombre de Dios en carácter y vida. (Jer. 9:23–24).


Un líder espiritual da de lo que abunda en él y no del residuo que tiene en su interior, si lo que sale sobrepasa a lo que entra el resultado será una caída y fracaso. (Dios quiere que todo lo que demos sea previamente hecho vida en nosotros).

2). Un líder debe sentir compasión por las personas (Mt 9:36).

Un líder está llamado a ejercer su liderazgo con afecto, compasión y un profundo sentir de fidelidad hacia las personas que lidera, no como teniendo señorío.

3). Un líder espiritual se motiva y motiva a otros. (Núm. 13:30).

La motivación espiritual siempre está ligada directamente a al gloria de Dios, con la confianza que Dios es el que puede lograr algo
4). Un líder espiritual tiene visión y sueños (Hab. 2: 2-3).

“Nadie vive más allá de su visión”.

Los líderes con visión están buscando el rostro de Dios constantemente para descubrir lo que quiere Dios para la iglesia.


El líder se pregunta ¿Es algo que va glorificar a Dios en gran manera en vez de cuanto nos costara?.

Si glorifica a Dios nunca será demasiado costoso.

5). Un líder espiritual administra y se multiplica (1 Cor. 4:2, Mt. 11:29, Fil. 4:9).

No es espiritual ser desorganizado para poder hacer su tarea, tampoco teme delegar su autoridad en otros y permitir que la usen. UN LIDER FORMA

El líder espiritual está llamado a capacitar a otros, sino muestra la incapacidad de dirigir.

6). Un líder espiritual debe ser decisivo y asumir autoridad (Josué 24:15).
La autoridad que tiene es conferida, es delegada y a veces no la sabe usar
La decisión es la ruina de cada líder.

El que espera demasiado pierde su derecho a dirigir.

No confundas el ser decisivo con un liderazgo caprichoso y descuidado sin esperar en el Señor sino corres con la responsabilidad el resultado un liderazgo

7). Un líder espiritual tiene que estar dispuesto a tomar riesgo, (Josué 3:5).

La tortuga nunca llegara a ninguna parte si no saca su cabeza.
Muéstrame una iglesia con líderes dispuestos a tomar pasos de fe y te muestro una iglesia en crecimiento.
Nadie puede dirigir a menos que sepa hacia donde va.

8). Un líder espiritual siempre es transparente (2 Cor: 12:9-10. Is 65:5).
Ser trasparente no significa que un líder para por todas partes demostrando sus debilidades pero si es estar dispuesto que lo vean tal como él es, lo bueno y lo malo.

9). Un líder espiritual se mantiene constante hasta el final, Dios usa al máximo a aquellos que permanecen fieles y constantes hasta el final.
Un pastor de ovejas no corre cuando ve que se acerca el lobo.

10). Un líder espiritual siempre se comunica bien con sus seguidores.
“De lo que somos fluyen todas las acciones y actitudes.